Por Mario Valencia para Macabro FICH
En vísperas de una fecha muy
detestada por los grandes solitarios de corazón o por las parejas que solo lo
ven como la epítome del consumismo, hay quienes siempre buscan alternativas al
mundo rosa y acaramelado. Si son alérgicos a los amoríos surrealistas de Meg
Ryan o Julia Roberts, esta lista les tiene algunas sugerencias para sumergirse
en bizarras relaciones, solo posibles en el macabro mundo del horror.
A Chinese Ghost Story (1987).
Al encontrar refugio en un
templo, un recaudador de impuestos se enamora de una fantasma que ronda por
ahí. Sin embargo, ella está condenada a servirle a un demonio que se alimenta
con las almas de hombres nobles. El joven tendrá la ayuda de un maestro de
artes marciales, enemigo férreo de este demonio para liberar a su amado
espíritu. Hubo dos secuelas más de esta historia, no tan afortunadas y en 2011,
un remake cuya estética se siente más artificial. Cierto es que también incluye
fragmentos de humor involuntario, típico del cine asiático.
Thirst (2009).
Park Chan Wook dirige este
sufrido retrato sobre un sacerdote, transformado en vampiro debido a un virus, al que ayudaba encontrar una cura. Él,
termina enamorado de la esposa de su amigo, quien también se vuelve una chupa
sangre cuando nuestro protagonista la revive. La mujer, caprichosa, violenta, ansiosa
por asesinar, hace imposible la vida de ambos. ¡Hasta su culto les llegan a
hacer! Ganadora al Premio del Jurado en Cannes, la escena final, mezcla un
ambicioso diseño sonoro más brillantes actuaciones, sin diálogo alguno, brinda
un incomparable suspenso.
Night Tide (1961).
Restaurada apenas en 2007, Dennis
Hopper interpreta a un marinero que conoce a Mora, una chica que se gana la
vida actuando como sirena en espectáculos marinos. Ella, no se espera que en
realidad, si es descendiente de estas míticas criaturas, incitada por una
ínfima mujer, líder de las sirenas, a que cumpla su destino: conducir marineros
a su condenación. Su naturaleza sale a relucir, cuando intenta asesinar a su
amado mientras buceaba. Después de esto, Mora hará un sacrificio que pondrá a
su audiencia reflexionar, sobre lo que uno está dispuesto por amor. Disponible
completa, en el siguiente enlace.
Love Object (2003).
El siniestro Kenneth Winslow, se
enamora de una muñeca sexual, bautizada como Nikki. Mientras, establece una
relación con su compañera de trabajo, Lisa. Poco a poco, manipula a la muchacha
para convertirla en la encarnación de Nikki, tanto en físico como en su manera
de vestir. Pero la relación de Kenneth por la muñeca se vuelve enfermiza,
volviéndolo más perverso. Cuando Lisa se entera sobre la “amante”, su reacción
no le cae nada en gracia al joven… ¡Con ese perfil, ya se imaginarán de lo que
es capaz! Incluye una aparición especial de Udo Kier, como el casero del
edificio.
Candyman (1992).
Bernard Rose, inspirado en una
historia de Clive Barker, nos trajo este relato sobre Helen, una escéptica
estudiante de tesis, cuyo trabajo busca desenmascarar mitos urbanos. Como
sucede a los buenos incrédulos, resulta que Candyman, un asesino con mano de
garfio es real, tras atraerlo en distintas formas (como decir su nombre cinco
veces frente al espejo). Ahora la
leyenda debe probar su realidad, inmiscuyendo a la muchacha en una serie de
asesinatos y terminando víctima de su locura, bajo la obsesión/atracción del
asesino por ella. “Siempre fuiste tú, Helen”.
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