"Rodamos siete días a la semana. Y siempre hacía un frío del carajo en la pequeña choza de Nowheresville, en Tenesse. Creo que algunos de nuestros problemas provenían de que muchos de los encuadres de Sam eran muy ambiciosos y, como éramos novatos, no sabíamos resolverlos. Me acuerdo de que nos pasamos todo un día intentando una toma de secuencia de la pesadilla en la que paso mi mano a través del espejo. ¡Era dificilísimo!"
Fuente: Sangre, sudor y vísceras. Historia del cine gore.
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