lunes, 17 de junio de 2013

Vampyr

"Pocas películas son tan oscuras y sombrías formalmente, por voluntad expresa de su autor, como Vampyr, pocas habitadas por sombras tan atrevidamente autónomas que van y vienen sin contar con sus cuerpos o danzan desprendidas ya de ellos. Incluso su fotografía es turbia, deslumbrada y granulosa como un aguafuerte de plancha desgastada, a pesar de - o mas bien gracias a - la pericia de Rudolf Mathé. Esa misma opacidad de las imágenes, acentuada por los movimientos circulares de la cámara ligan en panorámica sombra con sombra, oscuridad con oscuridad, sin el alivio de un contraplano luminoso, se refleja en la imperfecta - y por eso mismo fantasmal y más seductora - sonorización del film, que pertenece a la infancia del cine sonoro y tiene todos los encantos de esta transición. Sus escasas voces humanas resultan maullantes, ahogadas, casi inaudibles, como corresponde a un universo espectral. La música de Wolfgang Zeller excava en el horror permanente, excepto durante el breve respiro en que la joven Léone se siente liberada de su angustia gracias a la destrucción de su depredadora. En suma, todo en este film, en este mundo de sombras - imagen, sonido y movimiento- respira horror oscuramente." - Pilar Pedraza.

Fuente: Espectra. Descenso a las criptas de la literatura y el cine.

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